Mi esperanza


Te vi azotado por tu mala conducta en la cárcel, y no supe qué hacer. Debías seguir las normas, ¡como si eso fuera tan fácil!. Yo no sé obedecerte ni seguir tus mandamientos, el miedo me lo impide.
Te vi acusado de un robo, y no supe defenderte. Sabía tu inocencia, era el único que la conocía. No tuve el valor de expresarlo.
Te vi llorar por los abusos que te cometieron, y no supe consolarte. Me faltó fuerza, coraje y cientos de miles de razones para vencer mis prejuicios.
Te vi triste por mis deseos de ser visto como superior, por querer ser el mejor y pertenecer a un grupo. Arruiné nuestra amistad.
Te vi sufriendo por el frío, y no pude quitarme la sudadera que llevaba. Pues era mi favorita.
Y a pesar de mis pesares, me recibiste con un abrazo en tu casa, me diste comida en la cárcel, platicaste conmigo en el hospital y continuamente me saludas en la calle, bendiciendo mi vida. Me amas como si mis desplantes fueran nada.
¿Qué es la esperanza en la tierra?
Eres tú, tú y nadie más.
En tu amor se desvanece mi temor y apatía, pues «sé en quién tengo puesta mi confianza».
Tú alientas al desvalido, a ese que de tanto caminar detesta el camino.

IdS, 28/12/18
Imagen tomada de: Foto de NICE GUYS en Pexels

Comentarios

Entradas populares