Capitulo III

Nacimiento de Belial

3 1El mismo día que nació Jesús, Hijo de la Luz, una mujer hermosa, rica y poderosa, llamada Ambitia, desposada con el tirano rey Ego, dio a luz a un varón, a quien pusieron por nombre Belial.
2Antes del nacimiento, los padres tuvieron una revelación del dios Mammón, el único dios, sobre el destino del pequeño, que traía el poder y el dinero en la sangre: 3 «Será grande. Todos se postrarán ante él. Aplastará a la Luz y a sus discípulos. Mantendrá el desorden establecido. Despreciará a los pobres y perdedores. Enaltecerá a los ricos y poderosos, a los egoístas y comodones, que habitan entre lujos merecidos. Predicará toda su vida, con palabras y obras, el Reino de la Oscuridad.»

4El nacimiento fue en el Castillo Oscuro, con la asistencia de 700 comadronas de primera fuerza. 5El castillo fue adornado con oro y piedras preciosas. Los invitados especiales, en número de  144,000, esperaban el acontecimiento en aposentos del castillo, desde el momento del anuncio del embrazado de Ambitia. 6Ahí eran atendidos con banquetes diarios y recibían cursos intensivos de vomitorio. 7Cada noche había un espectáculo diferente, donde el placer de la carne y el fuego del vino, hacían presente el poder y la felicidad que Mammón ofrecía. 8Miríadas de esclavos y esclavas estaban a su disposición, día y noche.

9El recién nacido del castillo, apenas vio la luz del mundo, lo limpiaron con especias y perfumes exquisitos, lo envolvieron en pañales de seda y encajes de Bruselas. 10Su nacimiento causó gran alegría en todo el mundo. Esta Buena Noticia estuvo en todas las prensas y redes sociales del mundo.

11Todos los grandes de la Tierra, entre ellos, los reyes sabios y poderosos frustrados ante Jesús, vinieron a postrarse y besar sus pies, y regalarle capitales, acciones, títulos de honor, alianzas y complicidades futuras. 12Los representantes de las grandes religiones de mundo lo aclamaron como Salvador. 13A Belial nadie lo persiguió ni quiso matarlo, Todos gritaban Hossanas y buscaban tocarlo o, al menos, sus pañales milagrosos con broche de oro.
14El niño crecía sano, bien comido, lleno de atenciones, bendiciones y adulaciones por todos los que le rodeaban.

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