Capítulo II

Nacimiento del Hijo de la Luz*

2 1El origen de Jesús, Hijo de la Luz, fue de la siguiente manera; Como cualquier judío que se preciara de ello, Jesús exhibía una genealogía que autentificara sus raíces en el pueblo de la Luz, remontándose hasta Abraham. 2Una genealogía. por demás ambigua, donde aparecen personajes que coquetearon con las tinieblas: desde reyes asesinos, hasta prostitutas y paganas.
3En Israel, existía una pareja, María y José, ambos justos, hijos de la Luz. 4Sucedió que, sin haber tenido relaciones íntimas, María apareció con signos evidentes de embarazo. 5José, varón justo, pensó en despedirla, pero tuvo una revelación de que la Luz estaba en el origen del vientre fecundado de su mujer. 6Aceptó gozoso la presencia de su mujer y la custodia, compañía y función de padre hacia el hijo que nacería.
7El Niño, rey de la utopía, nació en un establo, sin grandes pretensiones. Sólo algunos pastores pobres acudieron a admirar la nueva vida y felicitar a sus padres. 8María concibió grandes esperanzas hacia esa Lucecita que, según ella, vencería a las tinieblas. 9Y María cantó a la Luz, llena de alegría, porque los caminos de la verdad seguían siendo, como siempre, los caminos humildes, pobres, escondidos.

Los Reyes Magos desilusionados

10Las tinieblas y la la luz, como el trigo y la cizaña, siempre están juntas, en todas partes. 11Y de partes lejanas, llegaron unos reyes sabios y políticos poderosos a la tierra de Jesús, en busca del Hijo de la Luz. 12Oyeron decir que el pequeño Jesús era rey, y lo imaginaron poderoso y con mucho dinero. Su viaje fue motivado por la imaginación de ganancias y poder, si lograban convencer y manipular al Niño, para sus intereses de invadir y explotar esa parte del Imperio. 13Llevaron regalos costosos, que para ellos era una inversión, que produciría jugosos dividendos.
14Cuando encontraron al pequeño Hijo de la Luz, se llevaron una gran decepción, al ver la pobreza y la clase social de sus padres. 15De todas formas, hicieron todos los rituales merecidos de un rey, pensando en una estrategia. 16Pero no contaban con la astucia de Herodes, el cual descubrió sus secretos pensamientos de invadir la tierra judía, y envió soldados a aprehenderlos. 17Confundidos en la oscuridad de la noche, los reyes ambiciosos huyeron sin dejar rastro. Nunca más se les volvió a ver por aquellas regiones.

Herodes

18 Herodes, hijo de las tinieblas, se inquietó por el nacimiento y los rumores que corrían acerca de aquel Niño, engendrado por la Luz. 19Después de tomar consejo con sus principales asesores, determinó que lo mejor sería hacer matar al Niño. 20Envió a su ejército, pero nadie conocía al Niño, pues su nacimiento no había salido en la Sección de Sociales, ni sus padres pertenecían a los Movimientos religiosos, ni eran influyentes o amigos de algún sacerdote. 21Los soldados buscaron en todos los hoteles de lujo que había en Belén y no encontraron a nadie con el perfil real. 22Entonces, Herodes dio la orden de matar a todos los niños menores de dos años. 23Pero los padres y el Niño ya había huido, para ponerse a salvo.


Cf. Mateo 1-2; Lucas 1-2.

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