Las heridas de cada uno de nosotros, son las heridas de Cristo



Mira las manos del mendigo y contempla las marcas que han dejado en él, los clavos de la opresión social, la drogadicción y la pobreza injusta.
Mira los pies del enfermo y contempla las marcas dejadas por los clavos de la diabetes, de la esclerosis y de la vejez, símbolo inequívoco del caminar por la vida.
Mira la espalda del obrero y contempla las marcas de los latigazos recibidos por los salarios injustos, los abusos laborales y el peso de llevar a una familia.
Mira el costado del encarcelado y contempla el hueco dejado por la falta de afecto, la violencia, el desamparo y la discriminación social.
Mira la cabeza del niño y contempla esa corona de espinas, que la guerra, la migración, la esclavitud, los abusos y el hambre laceran su frente
Ahora ve y toca cada una de ellas, así verás y creerás como Santo Tomás, que Jesús está vivo:
¡Señor mío y Dios mío!

 IdS
3 de Julio del 2015
Festividad de Santo Tomás.

*Imagen adquirida en la red.